En EE.UU. los 50 estados tienen autonomía legislativa sobre la Política Solar. De conformidad con este potencial de desarrollar diferentes enfoques se veía la necesidad de estructurar toda la información y editar un manual para que sirva de orientación a la hora de tomar decisiones sobre precios, peajes solares y otras formas de gravar el nuevo producto “Solar Energy”. Solvictus ofrece el acceso a este manual, nombrado “Distributed Energy Resources Rate Design and Compensation”(Nov 2016). En otra publicación (“50 States of Solar”, feb 2016) se puede seguir el intento de las empresas energéticas, gravar con tarifas fijas la instalación de producción solar que está conectada a la red.
En resumen, en el Manual (p. 144) se identifica claramente que la evolución de la producción energética renovable requiere nuevos modelos de gestión y sólo la aplicación de nuevas tarifas, impuestos, peajes etc. no resuelve las necesidades de este fenómeno técnico y social. Somos testigos, como en la sociedad más poderosa se enfrentan los hábitos comerciales tradicionales con ideas novedosas. Estas ideas surgen de la comprensión de que nuevas tecnologías que llegan a la base de la sociedad requieren un cambio de perspectiva: con una transición hacía un nuevo modelo de gestión se puede aprovechar las ventajas económicas, sociales y – medio ambientales.
El reto para los productores de energía, operadores de red, las comercializadoras y la administración pública se puede describir con la siguiente comparación: Supongamos que un futuro existirían 3 medicamentos que sirvan para 98% de las enfermedades y cada adulto se podría tomar con auto inyección en casa. ¿Cómo podría “el sistema” (hospitales, centros de salud, farmacias, universidades,…) adaptarse a esta reducción en demanda, este cambio de suministro en situ, etc.? Cambiando el punto de vista la pregunta debería ser: ¿Cómo puede una sociedad (americana, europea, asiática) beneficiarse más de las oportunidades de las nuevas tecnologías renovables, energéticas, etc.? ¿Cuáles son los puntos fuertes y únicos que se debe aprovechar y desarrollar? La competición ya está en marcha desde hace años. Y las consecuencias de una ineficiente asignación de recursos o buena asignación generan más de lo mismo.
Unos de los servicios básicos de Solvictus son estudios sobre instalaciones de autoabastecimiento – sin conexión a la red. Con alta tecnología de acumuladores, generadores de combustibles eco como back up. Amortización en 7 – 15 años posible según tarifa contratado. Instalaciones de autoconsumo para particulares hasta 10 kW (según RD 900/2015) con conexión a la Red también se ofrece.
A continuación le ofrecemos un artículo de Aida González con más detalles y referencias al tema.
Fuente: http://unef.es/2017/02/la-experiencia-del-autoconsumo-en-ee-uu-donde-los-reguladores-reconocen-sus-beneficios-publicos/
Estados Unidos es uno de los países que más ha apostado por la energía fotovoltaica en los últimos años: a finales de 2016, el país tenía 35.8 GW de potencia solar instalada, y en el tercer trimestre del año pasado se instalaron más de 4 GW, siendo el mejor trimestre para la historia de la energía solar en EE.UU. Durante ese periodo, la solar fotovoltaica supuso el 39% de toda la potencia nueva conectada a red, por lo que, en promedio, cada 32 minutos se conectó un MW de energía solar fotovoltaica.
Para poner en contexto este gran logro, es útil compararlo con el ejemplo español, donde se instaló un promedio de un MW cada 15 días en 2016.
Ciertamente el desarrollo visto hasta ahora no hubiera sido posible sin políticas estatales a largo plazo que fomentaran la sostenibilidad urbana y la lucha contra el cambio climático. En los últimos años, la proliferación de las instalaciones solares sobre tejado en EE.UU. ha supuesto un cambio para el modelo tradicional de negocio de servicios públicos de electricidad al alterar la relación entre los consumidores domésticos y las empresas eléctricas. Se están dando importantes debates en Estados como California sobre cuáles son las mejores tarifas y regulaciones para asegurar que la solar fotovoltaica se siga desarrollando mientras que las empresas eléctricas sean remuneradas de manera eficiente por los servicios que prestan.
Una amplia variedad de políticas regulatorias
41 Estados aplican distintas variaciones de políticas de balance neto para regular el autoconsumo solar, aunque la evolución de las políticas regulatorias de la generación distribuida está siguiendo un camino diferente en cada uno de ellos.
En Nevada, como consecuencia de presiones de las empresas eléctricas, el regulador ha cambiado la remuneración para autoconsumo de balance neto a precio de mercado, a pesar de que un estudio realizado concluyó que el balance neto para los sistemas instalados entre 2004 y 2016 proporcionaría un beneficio a consumidores domésticos sin autoconsumo de US$ 36 millones durante la vida útil de los sistemas. Esa decisión se tomó después de conocerse la extensión del gobierno federal de prolongar los créditos por impuestos a la inversión en proyectos solares hasta 2020.
Arizona y Hawái también han eliminado el balance neto, pero han introducido otras tarifas y regulaciones para remunerar el autoconsumo. Hawái ha establecido dos tarifas: “grid-supply” (suministro a la red) y “self-supply” (auto suministro). La primera ofrece una remuneración un poco inferior a la tarifa doméstica, mientras que la segunda no permite inyectar a la red, pero tampoco introduce cargos a la energía autoconsumida. Por su parte, Arizona remunerará los excedentes en base a los precios históricos de los contratos de compra venta a largo plazo (PPAs) y un análisis de costes, sin cargos a la energía autoconsumida y sin medidas retroactivas.
Otros Estados sin embargo siguen apoyando el balance neto: California lo ha extendido hasta por lo menos 2019 y Nueva York está en vías de mantenerlo para autoconsumidores domésticos y pequeños negocios hasta 2020. Massachusetts ha extendido para este año su programa Solar Renewable Energy Credit.
Políticas regulatorias basadas en análisis coste-beneficio y elaboración de metodologías
Afortunadamente, los análisis coste-beneficio se han convertido en una parte fundamental de los procesos estatales de fijación de tarifas para el autoconsumo. La mayoría de estos análisis, ya sean realizados por reguladores, laboratorios nacionales o universidades, concluye que los beneficios económicos del balance neto superan los costes y que, en general, es un beneficio neto para las compañías distribuidoras y para los consumidores domésticos.
Los estudios realizados por los reguladores estatales concluyen que la energía solar proporciona un beneficio público sustancial porque reduce los precios de la electricidad, debido al desplazamiento de fuentes de energía más caras, reduce la contaminación atmosférica y climática, reduce los costes del sistema de redes, reduce la necesidad de construir más plantas eléctricas para satisfacer el pico de demanda, estabiliza los precios y promueve la seguridad energética. Estos costes evitados representan un beneficio neto para los consumidores domésticos que no autoconsumen.
Entre estos estudios, cabe mencionar el análisis llevado a cabo en 2013 por el Departamento de Servicios Públicos de Vermont, que concluyó que “los sistemas de medición neta no imponen un coste neto significativo a los contribuyentes que no son autoconsumidores.”, lo que supuso un componente importante de la política energética del Estado y ayudó a conseguir las metas de energía renovable.
Otros análisis que cabe señalar son el estudio de 2014 encargado por la Comisión de Servicios Públicos de Mississippi, que concluyó que, en la mayoría de los casos, los beneficios del balance neto para la energía solar fotovoltaica en el Estado superan los costes y el estudio encargado por la Comisión de Servicios Públicos de Maine en 2015, que estableció un valor de US$ 0,33 por kWh en la energía solar fotovoltaica generada, en comparación con el precio doméstico promedio de US$ 0,13 por kWh.
Por lo que se refiere a la elaboración de metodologías, en 2014, la Comisión de Servicios Públicos de Minnesota aprobó la primera metodología federal de “valor de la energía solar” que afirmaba que la generación solar distribuida vale más que el precio que se paga por ella. También la National Association of Regulatory Utility Commissioners (NARUC) ha publicado el Manual de Compensación de Recursos Distribuidos, una guía con diferentes modelos para remunerar la generación distribuida centrándose en la compensación que deben recibir las compañías distribuidoras. En ningún caso el modelo consiste en, como en España, pagar cargos por la energía autoconsumida.
Otros análisis[1] con un enfoque más a largo plazo llegan a la misma conclusión: la medición meta es generalmente un beneficio neto para la red y todos los contribuyentes.
Las conclusiones son bastante claras y pueden aplicarse a cualquier país que quiera desarrollar una industria solar sostenible para beneficiar a la sociedad de todas sus ventajas: es necesario debatir sobre cuál es la manera más eficiente de integrar la generación distribuida en la red, basándonos en análisis rigurosos que recojan todos los beneficios económicos, sociales y medioambientales, con miras a establecer una estrategia justa de recuperación de los costes que no representen amenazas a la energía solar.
[1] http://www.asrc.cestm.albany.edu/perez/2011/solval.pdf
http://acadiacenter.org/document/value-of-solar-massachusetts/
http://www.oregonrenewables.com/Publications/Reports/Missouri_Net_MeteringEval_2015.pdf
Aída González, Responsable de Política Energética de UNEF, 2017/02/21
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